jueves, 3 de junio de 2010

INDECENTE
El otro día recibí un correo en el que se detallaba una de las joyas que de vez en cuando (o muy a menudo) suelta la Presidenta de la Comunidad de Madrid. No puedo sustraerme a colocarlo en el blog. Ya me diréis.


Ha dicho la Presidenta de la Comunidad de Madrid que es indecente que, mientras la inflación es -1%, los funcionarios, además de tener plaza fija, tengan una subida salarial del 5% (gran mentira por cierto). Objetivo: congelarles el sueldo.


Me gustaría transmitirle a esta Sra. lo que considero indecente:


Indecente, es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes y el de un diputado 3.996, pudiendo llegar con dietas y otras prebendas a 6.500 €/mes.

Indecente es que un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera. Indecente es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca (siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura).

Indecente es comparar la jubilación de un diputado y el de una viuda. Indecente es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste con siete y los miembros del gobierno, para cobrar la pensión máxima, solo necesiten jurar el cargo.

Indecente es que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF.

Indecente es colocar en la administración miles de asesores, amigotes con sueldos que ya desearían los técnicos más cualificados. Indecente es el millonario gasto en mediocres TV autonómicas creadas al servicio de la pervivencia en el trono de políticos más mediocres.

Indecente es el ingente dinero destinado a sostener los partidos, aprobado por los mismos políticos que viven de ellos.

Indecente es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (y no digamos intelectual o cultural). Indecente es el coste que representa para los ciudadanos sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes siempre en gran clase y tarjetas de crédito por doquier.

Indecente es que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año. Indecente es que sus señorías, cuando cesan en el cargo, tengan un colchón del 80% del sueldo durante 18 meses.

Indecente es que exministros, exsecretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, sean los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del erario público.

Indecente es que se utilicen los medios de comunicación para transmitir a la sociedad que los funcionarios solo representan un coste para el bolsillo de los ciudadanos.

Indecente es que nos oculten sus privilegios, mientras vuelven a la sociedad contra quienes de verdad les sirven. Mientras tanto hablan de política social y de derechos sociales. ¡Qué indecente!

Mientras que el resto del País se estaba enriqueciendo y el más paleto del pueblo se podía permitir comprarse un Audi, los funcionarios nos teníamos que aguantar porque teníamos plaza, de subidas por supuesto no hablamos. Cuando los bancos pierden dinero, me toca apoquinar como a cualquiera y ahora que la cosa va mal, ¿A quién le reducen el sueldo? a mí. Como si yo fuera el culpable de la crisis. ¿Porque no se bajan ustedes el sueldo hasta el de un funcionario? y una vez estén a mi altura se reducen el sueldo y luego ya me dirán para que les llega. Bueno terminaré porque me estoy enfadando.

miércoles, 5 de mayo de 2010


Como llevo días sin escribir nada, hoy me he decidido por explicar un postre. No es muy complicado aunque si un poco laborioso.

Lo he bautizado con el nombre de:

COPA AKORDA

INGREDIENTES

  • Mermelada de fresa

  • 4 yogures de limón

  • El zumo de 2 limones

  • 1 bote grande leche condensada

  • Fresas

  • 200 gr. de chocolate

  • 75 gr. de mantequilla

  • Un poco de nata

  • Un chorrito de café; si está cargadito, mejor.

  • Azúcar, para hacer caramelo.

PREPARACIÓN

Primeramente tienes que hacer la mouse de limón:

Se exprimen los 2 limones, se mezclan con los 4 yogures y el bote de leche condensada y se bate todo el conjunto con la ayuda de la batidora. A continuación, el preparado se mete en el frigorífico para que esté fresco.

Para hacer el chocolate

Se pone el recipiente en el que vas a hacer al baño María (esto es para que no se seque el caramelo) y se derrite la mantequilla, una vez derretida se le añade el chocolate que removeremos hasta que también se derrita. Seguidamente se le echa un poco de nata líquida y se remueve hasta su incorporación, después se le añade el chorrito de café. Una vez incorporado, lo podemos retirar.

PRESENTACIÓN

Tomamos un vaso, a ser posible de fondo ancho, (Las copas de champán quedan muy bonitas, pero no tienen mucha estabilidad

Ponemos un fondo de mermelada de fresa (yo he puesto 3 cucharaditas), encima el mouse de limón y a continuación una capa de chocolate. Encima se le pone una fresa. Si se quiere se hace un adorno de caramelo.

CARAMELO
Se ponen 2 cucharads de azúcar, removiendo constantemente hasta que empieza a derretirse. Cuando todo el azúcar está derretido y va adquiriendo color, hay que tener mucho cuidado y sacarlo del fuego ya que el recipiente tiene mucho calor, se sigue haciendo y se te puede quemar.
Una vez hecho, para hacer esas láminas, lo echamos sobre un papel encerado de horno. Hacemos la figura que queramos valiéndonos para ello de cualquier instrumento con punta. Como se enfría muy rápido, con cuidado lo despegamos del papel y lo colocamos en nuestro vaso.

Espero que os haya gustado y que lo intentéis. Ya me contaréis.

BUEN PROVECHO

sábado, 24 de abril de 2010

Desagertutako neskaren misterioa


Lehen gaztelaniaz jarri dut, baina hasiera baten euskaraz idatzi nuen.
Argazki gainean klik egiten baduzu irakurri ahal izango duzu.

La niña desaparecida


He pensado que quizá alguien prefiera leer el cuento sin que sea por capítulos, así que os lo presento de principio a fin.
Para leer el cuento cliquear en la imagen

miércoles, 21 de abril de 2010

Entzun ama

Entzun ama




Bizitza gogorra baina
Irribarrea beti ezpainetan.
Begi distiratsu horietan
Agertzen diren marrak
Atsekabeak eta saminak
ekarritakoak
Betegabeko ilusioak
bihotzeko zaurietan.
Begiratu zure aldamenera
Eta zure iloben
Begi bizietan.
Barreak eragindako
Matrailetako zulotxoetan
Eta ilusioz betetako
Loreontzi eder bi horiek
Ikusterakoan.
Konturatuko zara
Merezi izan duela
Bizi izandako guztiak

Quisiera

Quisiera

Quisiera mirarme en tus ojos
en la dulzura límpida de la mar soñada.
Quisiera alimentarme de la cristalina humedad
que tus labios depositan
cascada burbujeante en tierra fecunda.
Ojos que escudriñan
las entrañas de la marea
que asciende impetuosa a mi boca,
bebiendo tu agua, mirando
tu luz diluyéndose en el éter
como sueño que se escabulle,
delirio de una sola dirección
que al amanecer se difumina
como luz de luna golpeada
por la inmaterialidad de la neblina.

Itsasoa

Itsasoa



Itsasoaren bakea
nola ukitu
zu nire ondoan ez zaudenean.
Itsasoaren kolorea
nola nabaritu
bakarrik nagoenean.
Itsasoaren hitzak
zeintzuk dira
entzuten ez nagoenean.
Ahaztuta ez nago
gaur joango naiz
ortzadarra ikusten
zure aldamenean.

martes, 20 de abril de 2010

Ley para la PAZ

No sé si es una reflexión en voz alta o escupo mi rabia en público pero sea lo que sea lo contaré.

Para empezar estoy totalmente en contra de esta nueva ley para la paz que nos quieren meter con calzador. Llevo treintaitantos años en la enseñanza y jamás, jamás, jamás ha entrado la política en mi aula, ni de un signo ni de otro porque creo que yo no estudié magisterio para hablar de política. He procurado hablar de Paz y consenso a todas horas y a todos los alumnos.
Ahora por lo que se ve lo que he estado haciendo ha sido hablar de separatismos, guerra o yo que se qué.

Yo como madre que también lo soy me niego en redondo que a mis hijos les hable una víctima de terrorismo, con su carga política y de odio, en casa se trata el tema debidamente como se ha hecho siempre y se seguirá haciendo, porque creo que no es labor del profesorado adoctrinar a mis hijos, y además parece que sólo hay víctimas de ETA, ¿Acaso no hay más víctimas? ¿Qué me dicen de la violencia de género?

Digan lo que digan esto es un tema político y no hay más. Resulta que hablan de mi trabajo y ¿no recaban nuestra opinión? menudo consenso, me reiría si no fuera algo muy serio.

lunes, 19 de abril de 2010

Poesía

- La sonrisa de la vida –


Quisiera que las estrellas

bañaran con su luz las alcobas.

Quisiera que el viento rozara

acariciando, las mejillas.

Quisiera que el sol calentara

los cansados huesos de los viejos.

Quisiera poder apoyar mis alas en el viento

para volar y contemplar el mundo.

Quisiera que se unieran los corazones

para poder ayudar al necesitado.

Quisiera que ningún niño

conociera el dolor y bailara

una gran sonrisa en sus labios.

Quisiera que creyerais que es posible

y os dejarais acariciar por el

terciopelo, de una simple rosa.

La casa misteriosa

Ahí va otro capítulo de este cuentito.

DE NUEVO EN LA CASA

Después de habérselo contado al padre de Luis, los cuatro se dirigieron a la casa. A los padres se les hacía muy raro entrar de esa manera en la casa, ellos no estaban acostumbrados a entrar en las casas utilizando la ventana; a pesar de que siendo jóvenes los dos fueron muy traviesos y sus “batallitas” eran muy sonadas, de adultos, eran unas personas de bien y entrar por una ventana les parecía como si entrasen a robar y la verdad, no les hacía ninguna gracia. A pesar de todo, siguieron a los chavales para ver lo que había allí dentro. Eran sus hijos y no les iban a dejar en la estacada. Cuando entraron en la cueva y vieron el montante de cajas, se dieron cuenta que el contrabando era mayor de lo que pensaban. Por otro lado también se dieron cuenta que esas cajas llevaban mucho tiempo en la cueva, y eso era algo que no entendían. ¿Para qué robar si luego no le sacas beneficio?
__ ¿Sabes que esta cueva como bodega no tendría precio? __ dijo el padre de Luis
__ Está claro que esto lleva mucho tiempo aquí dentro, ¿Por qué…?__ Dijo el padre de Carlos mientras cogía una de las botellas.
__ ¿Sabes que este whisky no está nada mal? No me importaría tener algunas botellas. Una copita de vez en cuando no viene nada mal.
__ Si claro, pero tendremos que informar. Digo yo.
__ Si tienes razón y que las autoridades se encarguen de este asunto.
__ Los responsables de esto creo que serán los de Marina, ¿No crees?
__ Les avisamos y que ellos se encarguen de repartirse el trabajo. Y … hablando de repartirse… teniendo en cuenta que van a llevarse todas estas cajas, ¿Por qué no nos llevamos algunas botellas? Entre tantas, ni se va a notar.
__ No sé. Algo así, no sé si podemos…
__ Poder, poder… no sé pero no creo que nadie se sienta perjudicado, además ¿no lo han encontrado nuestros chicos? Pues será como una pequeña recompensa.
__ Hombre! visto de esa forma…
__ Bueno nos llevamos esa caja y no hay más que hablar. Luego nos lo repartiremos como buenos amigos.
Entre los dos hombres cargaron con la caja ¡Dios cómo pesaba! Cuando llegaron bajo la trampilla, se dieron cuenta que no había forma humana de hacer pasar la caja.
__ Si cada uno de nosotros subimos dos botellas, en varios viajes ya tenemos vacía esta caja.
Dicho y hecho, cada uno cogió dos botellas y a pesar de lo difícil que era subir por aquella escalera, de una forma u otra lo consiguieron. Llevaban hechos varios viajes y…
__ No creo que nos queden muchos más viajes. Estoy agotado __ dijo el padre de Carlos.
__ A lo sumo otro viaje, luego llevo la caja a su sitio y aquí paz y allí gloria.
__ Cuando la vean vacía, se darán cuenta del robo
__ Bueno y si lo dejamos en una esquina como si fuera de otra remesa, quizá no se den cuenta.
__ Muy buena idea.
Volvieron a bajar con la intención de subir las que faltaban, pero al coger las últimas botellas, los cuatro quedaron paralizados al ver lo que había en el fondo de la caja. Lo que encontraron era algo más que un simple contrabando, eran armas, pistolas más concretamente.
__ ¡Santo Dios! ¡Por eso pesaban tanto!
__ No nos podemos llevar esas botellas__ dijo el padre de Carlos.
__ ¿Por qué? __ dijo Luis
__ Porque esto no es un simple contrabando, esto es algo muy serio y desde luego no quiero verme mezclado en este asunto.
__ Si, las volvemos abajar y las dejamos en el mismo sitio, va a ser lo mejor.
__ Que las autoridades se encarguen del caso. No quiero saber nada. Esta gente suele ser muy peligrosa.
__ ¿Quién estará detrás de todo esto?
__ Cualquiera sabe, pero esta casa está cerrada desde hace un montón de años, lo menos serán 25 años, si no son más.
__ Desde que desapareció la niña ¿No?
__ Si desde que desapareció la niña de Sandoval.
__ ¿Dónde estarán? Por aquí no han vuelto a aparecer.
__ Alguien dijo que habían ido a Madrid, pero cualquiera sabe.
Mientras hablaban de la historia de Sandoval se alejaron de la casa. Antes de separarse para ir cada uno a su casa, pensaron que al día siguiente irían a la Comandancia de Marina y que luego ya sería su problema.
Al día siguiente, tal como lo habían planeado, los padres se dirigieron a la Comandancia, allí, después de hacerles esperar un buen rato, les hicieron pasar.
__ ¿Vosotros sois los que habéis encontrado el contrabando?__ les preguntó el policía que se encontraba a cargo del caso.
__ Si, hemos sido nosotros.
__ Y ¿se puede saber que hacíais dentro de la casa?__ acercando su cara a la cara del padre de Luis.
El padre de Luis se quedó mirando fijamente al policía. Este no parecía demasiado listo. Estaba con un cigarrillo colgando de la comisura de los labios y a medida que iba acercando su cara, como el humo del cigarrillo le molestaba, tenía que cerrar uno de sus ojos, como si estuviese guiñándole el ojo. Su indumentaria era parecida a la de los demás, ni más vieja ni más nueva; quizá algo más arrugada. No sé por que pero, ver su cara tan cerca infundía cierto miedo.
__ Bueno a decir verdad han sido nuestros hijos__ aclaró el padre de Luis. Contó que los chavales entraron a jugar y se encontraron con el pastel.
__ ¿Cómo es posible? ¿Vuestros hijos entran normalmente en casas ajenas?
__ No, eso no, pero como vieron que estaba abandonada y … ya se sabe cosas de chavales.
__ Yo no sé nada de asuntos de chavales__ le respondió totalmente enfadado. Pero vamos a dejar ese tema de lado y me vais a contar lo que habéis encontrado
__ En una cueva que da a la mar, hay muchas cajas de madera llenas de botellas de whisky, por lo menos eso es lo que pensamos al principio, pero luego descubrimos que debajo de las botellas estaban ocultas muchas armas.
__ Si las armas estaban tapadas con botellas, ¿Cómo encontrasteis las armas? Mas bien creo que los de vuestra misma cuadrilla han intentado engañaros y en venganza habéis decidido acusarles
El padre de Carlos que hasta ese instante no había abierto la boca, se levantó de un salto y:
__ Pero, pero ¿Qué está diciendo? No hemos venido hasta aquí para que se nos insulte.
__ Yo entérate bien, diré lo que se me pone en la punta de la nariz. Tu, ver, oír y responder ¿Está claro? Y no me hagas hablar más de la cuenta. Soltó las palabras como si fueran dardos envenenados, lo cual hizo que los dos hombres se volvieran a sentar en completo silencio.
__ Nosotros no sabemos nada, ni del whisky ni de las armas.
__ Todavía no he oído como encontrasteis las armas.
Después de mirarse entre ellos, no se atrevían a hablar, pero nada más ver la cara del policía, el padre de Luis empezó a hablar.
__ De acuerdo, cuando creíamos que sólo había whisky, quisimos llevar una caja para nuestro consumo. ¡Es un buen whisky! Pero cuando sacamos la última fila de botellas, vimos las armas y nos asustamos tanto que devolvimos todas las botellas y volvimos a dejar la caja donde la habíamos cogido.
El policía después de mirar a los dos hombres les dijo:
__ De momento vamos a dejarlo así, pero si os pillo en un renuncio, os juro que no vais a volver a ver el sol en vuestra asquerosa vida. Ahora decirme donde se encuentra la cueva y mucho cuidado con los engaños.
__ Pero que dice de engaños y no engaños, ¿no hemos venido por nuestra propia voluntad o qué? Venir voluntariamente y encima llamarnos delincuentes. Luego dirán que la gente no colabora con la policía ¡Joder!
Carlos y Luis estaban en la calle, esperando a que salieran sus padres. Cuando la policía los vio, les llevó con ellos. Todos entraron en los coches policiales y salieron pitando. ¡Menudo escándalo de sirenas!
__ No sé a que viene tanta velocidad después de estar allí tanto tiempo, no van a desaparecer de un día par otro ¡Digo yo! __ dijo Carlos.
__ Estoy de acuerdo, tampoco creo que la casa vaya a cambiar de sitio.
__ ¡A callar! Los de atrás como abráis la boca os empapelo. ¿Lo habéis oído?
¡Como para no oír! No entendían a qué venía tanto enfado, pero por si acaso decidieron callarse, no vaya a ser que se enfadase más y cumpliera sus amenazas. En este punto estaban los cuatro más que arrepentidos de haber acudido a la policía, si lo hubiesen olvidado, no estarían ahora en esta situación. Llegaron a la casa y dejando los coches junto al muro, accedieron a la casa por el mismo agujero por el solían entrar los muchachos.

miércoles, 14 de abril de 2010

Otro postre que preparo a menudo es el rosco de yogurt. Dicen que es muy bueno para tomarlo con café.


Rosco de yogurt


Ingredientes:


2 yogures

4 medidas de azúcar

6 medidas de harina

1 y medio de aceite

5 huevos

1 sobre y medio de levadura Royal

nueces, pasas y pepitas de chocolate (si se quiere)

Margarina para el molde



Se pone el horno a calentar a la máxima potencia y cuando se mete el molde al horno se baja a unos 180º y se tiene durante 1 hora aproximadamente ( Se mete una aguja y si esta sale limpia se saca del horno)


Preparación:



Se echan en un bol, los yogures, la harina, el azúcar, los huevos, aceite y la levadura.

Con la ayuda de una batidora, se mezclan todos estos ingredientes.

Se unta un molde corona con margarina y un poco de harina. Una vez hecho esto se echa al molde todo el preparado anterior y se le mezclan las nueces si se desea.


Para sacar del molde pasar primero un cuchillo por todo el borde.


!Buen povecho¡



Recetas




Ahora he pensado que vendría bien unas cuantas recetas de cocina. Hoy os voy a decir como hago la




Mouse de limón




Ingredientes:




Un bote grande leche condensada


2 limones


4 yogures de limón




Preparación:




Se exprimen los 2 limones y después se mezclan todos los ingredientes; la leche condensada, los yogures y el zumo de los dos limones.


Una vez hecha la mezcla, se mete en el frigorífico. Se sirve frío.

viernes, 2 de abril de 2010

Tarde de verano

El mes de julio se acerca con su tranquilidad escondida
y tumbada en el manto de la naturaleza
contemplo asombrada blancas carpas en el cielo.

Vapor de tarde veraniega que me envuelve
consiguiendo acercarme al túnel del silencio,
aflora una sonrisa en el riachuelo de la inconsciencia.

Mientras me rodean sirenas resplandecientes de espuma plateada
se acercan doradas rosas bañando el horizonte
al tiempo que el viento susurra tu nombre.

Como algo lejano en el tiempo
y oculto bajo el húmedo frescor de un frondoso encantamiento
despierto en la superficie del silencio adormecido.

De entre las olas que contemplé cogí,
aquella que creí merecedora de ser izada a los altares
y poderla recoger entre mis enseres.

Una espumosa ola y otra más
en un mar verde de envidia porque entre todas te elegí
como digna de mi amistad.
DÍAS DE MAR

Durante tres semanas seguidas siguió yendo a la mar. Durante ese tiempo no se dio mal la pesca, siempre conseguían volver con el arco lleno, de una clase o de otra, pero siempre lleno.
Llegó la campaña del bonito y ¡eso si que era duro! El trabajo era tan duro, que no dejaba lugar a los sueños. Todos los días terminaban agotados. Como todas las cosas, la campaña del bonito terminó, no se había dado nada mal y el padre de Carlos estaba muy contento ¡Tan contento! Que le dio unas merecidas vacaciones.
Nada más oírlo, Carlos salió disparado hacia la casa de Luis. Ninguno de los dos se había olvidado de aquella escalera y quedaron para el siguiente día, tenían que llevar todo lo que habían pensado.
Al día siguiente, tal como lo habían planeado, cogieron una de las sogas, las linternas y se fueron hacia la casa. Cuando llegaron al sótano, la trampilla estaba tal como ellos lo habían dejado, ¡Qué lejano quedaba aquel día! Esto les tranquilizó bastante porque comprendieron que por aquellos lares, aparte de ellos, no merodeaba nadie más.
Tal como lo tenían pensado, ataren uno de los extremos de la soga a uno de los armarios. Carlos comprendió que esa temporada en la mar le había venido muy bien; había aprendido a hacer algunos nudos marineros, y ahora eso les iba a resultar muy útil.
Carlos fue el primero en atarse la soga a la cintura y acercarse a la escalera. Primero bajó Carlos, más tarde Luis, los dos bajaban con mucho cuidado, pues temían resbalar y caerse. Los dos iban con sus respectivas linternas en la boca, las manos las tenían que usar para agarrarse fuertemente a la escalera.
Cuando hicieron pié, estaban muy cansados, seguramente más que por el trayecto realizado por la tensión nerviosa a la que estaban sometidos. Tal como había prometido las linternas que trajo Luis alumbraban muy bien, con una luz clara y potente. Valiéndose de las mismas, se dieron cuenta que estaban en un túnel horadado en la roca; de vez en cuando, se veían algunas argollas y dentro de esas argollas se encontraron con varias teas. Se veía que se habían encendido más de una vez. ¡Esto si que era emocionante! Como ninguno de los dos llevaba cerillas, no pudieron encenderlas, pero desde luego, la siguiente vez las traerían.
El túnel tenía una muy buena altura, podían caminar por él sin tener que agacharse. Siguieron por ese camino sin saber a donde les llevaría aquel pasadizo y de pronto, el tunel comenzó a ensancharse, cuanto más avanzaban, más ancho se volvía, al final alcanzó la anchura de una buena cueva. Los dos se miraron sorprendidos, ¿Qué es lo que habían encontrado? Parecía una cueva natural, con una buena altura y toda ella de piedra, pero eso no era lo que los había dejado boquiabiertos, sino el ver que la cueva estaba toda ella llena de cajas. Cajas de madera de un tamaño considerable. No sabían lo que contenían pero lo que si sabían es que no habían llegado por si solas.
__ ¿De dónde han salido todas estas cajas?
__ Ni idea, pero seguro que no han crecido aquí.
__ Por el agujero por el que hemos bajado no caben, por tanto tiene que haber alguna otra entrada.
__¿Qué habrá dentro?
__ No me atrevo ni a tocar, será el escondite de algunos contrabandistas.
__ ¡Como en la películas, qué bien! Pero ahora que pienso, por aquí no se dedica nadie al contrabando, ¿O si?
__ Yo pensaba lo mismo, pero en vista de esto…
Se acercaron a las cajas y entre los dos intentaron levantar una de ellas, pero a pesar de ello, no consiguieron ni el más mínimo movimiento. En vista de esto decidieron dejar para más adelante el asunto de las cajas y concentrarse en encontrar la otra entrada, porque que tenía que haber otra entrada estaba claro.
Después de investigar la cueva, al fondo a la derecha, encontraron otro túnel, como no se veía ninguna otra entrada, decidieron seguir y ver a donde les llevaba. Según iban avanzando comenzaron a oír un ruido que cada vez se hacía más ensordecedor, un ruido que por un lado les resultaba conocido y tranquilizador pero por otro lado empezaron a sentir cierto miedo. A medida que avanzaban el ruido se hacía más y más audible, hasta que de pronto se dieron cuenta que lo que oían era el ruido que hacen las olas al romper en las rocas.
__ No creía que estuviéramos tan cerca de la mar.
__ A mi también me parecía imposible, pero con ese ruido no hay duda-
Siguieron por el túnel, ya estaban más tranquilos, de pronto el túnel se volvió a ensanchar y se encontraron en otra cueva con salida a la mar. Allí el ruido era terrible pues la cueva hacia de caja de resonancia, las olas rompían y entraban dentro de la cavidad moviendo los cantos rodados que se encontraban por doquier. También había una pequeña playa, no era muy grande pero suficiente para que entrasen tres o cuatro personas.
Se encontraban de pie en una especie de muelle, como si fuera el muelle del puerto, pero natural. Tendría como un metro de altura con relación a la playa y para bajar a ella había unas pocas escaleras escavadas en la roca. La cueva era muy bonita, la luz del sol que se reflejaba en el agua, formaba un juego de luces tan bonito que nos quedamos como dos tontos mirándolo.
De pronto nos dimos cuenta que los dos estábamos boquiabiertos contemplando aquel espectáculo y nos echamos a reír como dos tontos. Después empezamos a pensar en lo que habíamos encontrado y…
__ ¡Por supuesto!__ dijo Carlos__ por aquí es por dónde introducen las cajas y si las necesitan las sacan por el mismo sitio sin que nadie les vea. Muy astutos.
__ En eso tienes razón, pero yo creo que esas cajas llevan mucho tiempo sin moverse. ¿Por qué no viene nadie a buscarlas? No me parece muy normal, que hagas contrabando para que luego dejes las cajas metidas en una cueva.
__ La verdad es que no sé que pensar, pero que entran por aquí no hay duda. ¡Vamos a la otra cueva y veamos que hay en esas dichosas cajas.
__ Y si vienen a buscarlas ¿No crees que se darán cuenta que alguien ha andado con ellas?
__ Tu mismo lo has dicho. Hace tiempo que nadie viene a por ellas. Puede que se les haya olvidado.
__ Seguro. Vamos dedicarse al contrabando y luego olvidarse donde han dejado la mercancía. Eso, no te lo crees ni tú.
__ No, si en eso te doy la razón, pero por otro lado no creo que vengan ahora mismo y si no vienen ahora ¿Cómo van a saber que hemos sido nosotros?
__ Pues tienes razón. ¡Qué demonios! Yo también estoy deseando saber lo que hay dentro de esas malditas cajas.
Cuando volvieron a la otra cueva, se percataron que una de las cajas estaba en el suelo, medio rota, con lo que no les costó mucho esfuerzo quitarle la tapa. ¡Whisky! Estaba llena de botellas de whisky.
__ Pero, ¿Quién ha podido traer esto?
__ Como no sea algún tabernero, no entiendo nada.
__ ¡Vaya tontería! Como lo va a traer un tabernero, esto lo han traído para hacer negocio, por tanto puede haber sido cualquiera.
__ Por eso pesan tanto
__ Creo que tendríamos que ir a la policía ¿No lo crees?
__ Pues no sé que decirte, porque si luego nos culpan a nosotros y vienen a buscarnos…
__ Pues ¿qué propones? Porque algo tendremos que hacer ¿No?
__ Yo creo que debemos informar a nuestros padres y que ellos decidan que hacer. Creo que es lo mejor. ¿No te parece?
__ Bueno seguro, seguro no lo estoy pero quizá sea lo mejor.
__ Mira los adultos son ellos y digo yo, que sabrán mejor que nosotros lo que hay que hacer. A decir verdad, esta cueva me da muy mala espina.
__ A mi también. ¿Quién será él que esté tras esto? Por lo menos tiene que ser alguien que tenga una embarcación. No hay otra forma de acercarse a las rocas.
__ Ya he pensado en eso, pero he pensado en todos los que tienen una embarcación y ninguno me parece sospechoso.
__ Pero últimamente la pesca está tan floja… Quizá alguien… porque alguien tiene que ser.
__ Vamos a mi casa y se lo contamos a mi padre. ¡Ya veremos lo que dice!
Se dirigieron a casa de Carlos y directamente se fueron hasta donde se encontraba su padre. Este estaba arreglando las redes y tan entretenido estaba que ni se dio cuenta de que había llegado alguien.
Al principio no sabían como empezar y se quedaron mirando, sin decir nada. De vez en cuando su padre, sorprendido, les miraba, pero como los chicos no decían nada, volvía a su trabajo. Se le antojaba bastante raro ver a los dos como dos estatuas, mirándole arreglar redes, como si este trabajo fuese algo apasionante o no lo hubieran visto nunca.
__ Bueno, ¿Quién va a ser el primero en hablar? Me estáis poniendo nervioso.
__ Aita, tenemos que hablar de algo muy importante.
El padre de Carlos dejó su trabajo a un lado y les dijo:
__ Vosotros diréis.
__ ¿Qué harías si te enterases de algo ilegal?
__ ¿Ilegal? ¿De qué demonios estáis hablando?
__ Si, contrabando. Si supieras dónde está escondido un gran alijo ¿Qué harías?
El buen hombre se levantó de un salto
__ ¿Qué clase de contrabando? ¿Drogas? No estaréis metidos en algo así ¿No?
__ No, no, nosotros no estamos metidos en nada, pero además no hay nada de drogas, sólo whisky.
__ ¿Qué habéis encontrado un alijo de whisky? Pero si hoy en día nadie se dedica a eso.
__ Pues nosotros sabemos de un lugar en el que hay montones de cajas.
__ ¿Dónde?
__ En la casa que está detrás del muro, la que se encuentra entre los árboles, en el sótano encontramos un pasadizo que llega hasta la mar.
__ Y vosotros ¿Qué hacíais en esa casa?
__ Entramos a jugar, no hemos hecho nada malo, no hemos roto nada y menos robado. Sólo entramos a jugar.
__ ¿Quién más sabe esto? Luis ¿se los has contado a tu padre?
__ No se lo hemos contado a nadie. Tu eres el primero. La verdad es que estamos bastante asustados.
__ No me extraña, el contrabando es algo muy serio y peligroso. Vamos a casa de Luis y después de contárselo a su padre nos lleváis a ese sitio y después de ver lo que hay, pensaremos qué hacer.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Esta semana ando muy atareada y no he podido colgar el tercer capítulo del cuentito, pero no os preocupéis porque la cosa sigue.

Hilos de esperanza

La paz irradiada
de cada poro de risa escondida
entre los pétalos de la fragancia
de noches alegres,
de cada amapola depositada
en las bocas, como musgo verde
que cubre palpando
cada rincón del cuerpo.
Seguiré la estela de tu eco,
localizaré los restos del naufragio
para recuperarlos en la orilla nacarada
donde la oscuridad se introduce
en el túnel de luz
que la esperanza arroja.
Tribulaciones de una chinche y su compadre

Pequeña, rastrera, escuálida
su frágil cuerpo
pasea por la casa
escondiendo sus vergüenzas.
“Compadre de infortunio,
ni un mal pellejo
al que hincarle el diente”
¡ No conseguiremos llegar a final de mes¡

El colega en la miseria
replica su triste historia
“Antaño ahítos,
hoy tirados por las esquinas
en el paro cruel”

La ciencia y tecnología
ha exterminado
nuestra placentera existencia
de ocupas del placer.

La mudanza es obligada,
pobreza y mugre
son el paraíso perdido
de la chinche y su compadre.

Nadie quiere el paro,
ni pasar hambre
la chinche se traslada
y el hombre?...

Dos gélidos dedos la introducen
en el engranaje burocrático
donde comienza un nuevo infierno
lejos del hogar.

En el mugriento vertedero
donde nadie se fija en él
y no estorba
la chinche se cobija
y el hombre?...

Ojos negros y grandes
que miran y no ven
mas que a colegas en la miseria
y furiosos revolcones.

A pocos metros sueñan
primaveras y campos en flor,
y la chinche y su compadre
el viento las llevará
y el hombre?...

Aguanta, llegará el día
que llueva luz de coral
con gotas de cacao
para que se pueda degustar..
- Es tan bonito soñar –

Vivimos en un mundo de ficción

donde se rinde culto a la imagen

y los libros poco a poco

se van enterrando

en los lugares más oscuros

de las bibliotecas más lúgubres.

No me resigno a perder

la magia que encierra un libro,

el mundo que se abre a tus pies,

no me resigno a creer

sólo lo que veo,

ni a no poder imaginar.

No puedo olvidar

los ojos de un niño

cuando oye un cuento,

ni me resigno a ver

como pierde su inmenso poder

de volar libremente.

¿Porque no creer en hadas,

princesas y dragones?,

siempre queda tiempo para

cuadricular la mente.

Quiero que mis hijos

sueñen con mundos irreales,

en ser grandes futbolistas,

grandes pintores o bailarinas,

que vean campos de flores,

manzanos de los que cuelgan

fresones, y flores parlanchines

en los jardines.

Que jueguen a las canicas,

tabas y trompones,

que sus bolsillos estén llenos

de piedras, y cromos para cambiar,

a casitas y a pillar

que sus manos estén llenas

de ilusiones y sus ojos brillen

de emoción.




Quiero que sean niños

y nada más, ya tendrán tiempo

de crecer y de perder todo eso

que a los mayores nos está vedado.
- Un hijo –



Un hijo es

un sol en el cielo

una estrella que brilla

el arco iris tras la tormenta

y una mariposa que vuela.


Un hijo es

unos ojos que brillan

un vals al viento

ojos soñadores que contemplan

y sobre todo amor y felicidad.



Un hijo es

mejor que una obra de arte

un milagro hecho realidad

dulzura y sensibilidad a la vez.



Un hijo es

lo más bello de la creación

y ante todo

mucho amor.

lunes, 15 de marzo de 2010

Quise hacer un guiño a mi procedencia costera.

- Un suceso anunciado –


Una sombra camina hacia el puerto,

una sombra se para al borde

recordando lo que fue antaño.

Hace años que no sonríen sus ojos,

se ha olvidado del sonido de su risa,

ya no roba rosas en los jardines

ni, corre agarrado de una mano.

Hace años que no escribe cartas de amor

ni presta sus camisas a nadie.

La mar le ha robado esos pequeños placeres

y a pesar de todo le atrae cada día

como un perfume embriagador.

Ya no sonríe al sol

ni es capaz de abrazar a otra mujer,

y los recuerdos le van aplastando

poco a poco.

La tristeza sólo le hace llorar

hasta que un día una sombra desapareció

en la mar, y ya, nunca más

se le volvió a ver,

pero en su lugar

se vio a dos pececillos volar

hacia la felicidad.
Este poema en concreto se lo escribí a mi hija cuando era pequeña.

- A mi pececito de siete años –


A mi pececito de cuerpo bronceado

que salta, ríe y se zambulle

en un banco de pececitos

cada cual más bonitos.

Piececitos golpeando el agua

levantan espumas blancas y olas

que juegan a enredar sus dorados cabellos

en un rectángulo azul de agua.

Juegan a coger y escapar,

a saltar y brincar,

y nadie la pilla

y nunca se cansa.

Ay pececito, pececito,

mi carpita dorada,

dame uno de esos besos de miel

que nunca me cansan.
Tambiém de vez en cuando me da por escribir estas cosas, no sé si os gustará. Espero que sí


- Reflexiones –

Si todos somos engendrados

de la misma manera,

si todos tenemos madre

y al nacer causamos dolor,

si todos somos un trozo

de carne rosada que despide calor,

¿Por qué yo, sólo por ser mujer

debo demostrar que valgo

mientras en ti se supone?

¿Por qué cuando el hombre agrede,

coarta mi libertad, anula mi

derecho a decidir, soy yo la

que ha de demostrar que no

fui la que provoqué?

¿Cuándo, el niño que nació

de mi, se convierte en agresor?

¿En un rival con el que competir?

¿Por qué tiene que ser así?.

No lo sé, todo esto no lo sé

pero a pesar de todo,

me alegro de ser mujer.

Porque soy capaz de llorar

y a pesar de todo, también reír,

porque una rosa es un mundo

y una caricia el mejor de los inventos

Porque soy capaz de emocionarme

con la sonrisa de un niño,

con el beso del hijo

y sus bracitos alrededor de mi cuello.

Porque soy capaz de sentarme

frente al mar y disfrutar.

Porque soy capaz de dar vida

como la tierra que piso,

Porque me siento fecunda.

Porque soy capaz de disfrutar

con una hoja que cae

y la música que emana del silencio.

Por esto y muchísimas cosas más,

mujeres, alegrémonos

y que nadie nos haga sufrir

haciéndonos creer que estamos

(desnudas

y que hemos venido
sólo para provocar placer
.

domingo, 14 de marzo de 2010

EL TESORO

Esa noche apenas pudo dormir, estuvo toda la noche soñando con cadáveres, fantasmas y cosas parecidas. A media noche, despertó sobresaltado, con todo su cuerpo bañado en sudor y con una respiración entrecortada, parecía que hubiera estado corriendo una maratón.
Se levantó a beber agua pero luego le fue imposible volver a conciliar el sueño. Cogió un libro de aventuras y se puso a leer.
Por el contrario Luis no perdió el sueño para nada, en realidad no había nada que inquietase el sueño de Luis. Al día siguiente Carlos no hacía mas que bostezar.
__ ¿Hoy dónde vamos?__ preguntó Luis
__ ¿Qué te parece si vamos al sótano? Me gustaría ver lo que hay allí
__ Estupendo, yo también estoy deseando ver lo que hay allí abajo.
Sin perder tiempo entraron en la casa y empezaron a bajar las escaleras. La escalera no estaba muy bien y a cada paso metía un ruido que sonaba en la casa como un trueno, los chavales estaban un poco asustados. Cuando terminó la escalera, respiraron con tranquilidad, se encontraron con una puerta grande y oscura, tan oscura que parecía la boca del lobo.
Carlos agarró el pestillo e intentó abrir la puerta, pero le fue imposible. Lo intentaron entre los dos; consiguieron abrir un poco y después entre los dos hicieron fuerza para poder abrir un poco más la puerta. Empujaron con todas sus fuerzas, pero tanto años sin abrirse y con la humedad que había en aquel lugar, las bisagras estaban totalmente oxidadas. Abrieron lo suficiente para poder pasar y al entrar creyeron que habían encontrado un verdadero tesoro. ¡Cuántas cosas había allí dentro! Muebles viejos, una cantidad enorme de cajas cuyo interior era un misterio, ropas… y qué no. Los dos amigos no se lo podían creer, comenzaron a saltar llenos de alegría, tan contentos estaban que ni se acordaban de las habitaciones de la parte alta. Los dos amigos se dedicaron a mirar todo, ahora abrían un armario, luego miraban en el interior de una caja… estaban tan excitados que ni paraban de un lado para otro.
__ ¡Qué maravilla! ¿Has visto cuántas cosas? __ dijo Carlos sin podérselo creer.
__ Si es increíble, pero no podemos cogerlo, no son nuestros.
__ ¿Quién te ha dicho que vamos a cogerlos? Yo sólo digo que podríamos venir a jugar con estas cosas.
__ Mira lo que he encontrado, una espada de bucaneros y un arco con sus flechas.
__ ¡Qué suerte! Podemos jugar a piratas o a indios y vaqueros.
Carlos cogiendo la espada y utilizando una voz muy grave dijo:
__ Quieto, ¡ni se te ocurra moverte maldito hijo de perra!
__ No me mates, te diré donde escondimos el tesoro, pero por favor ¡no me mates!
__ ¡Rápido! Si no quieres que te ensarte como a un picho moruno.
__ Si, si lo guardamos en uno de esos armarios.
__ ¡Di en cual de ellos! Si no tus horas están contadas.
Siguieron jugando hasta que llegó la hora de volver a casa.
__ Mañana a las diez en punto en el cementerio__ dijo Carlos. Mañana podemos ser indios
__ Yo quiero ser el jefe, hoy tu has sido el capitán pirata.
__ Ah pues entonces yo seré el general Custer del Séptimo de caballería.
__ Tendremos que traer otro tipo de armas, no he visto mas que arco y flechas.
Cuando entró en casa, Carlos vio que su madre estaba poniendo la mesa, cuando le vio su madre, estaba tan sucio que muy enfadada le dijo:
__ ¿Se puede saber de dónde vienes para estar tan sucio?
__ He estado jugando con Luis, hemos estado jugando a piratas.
__ ¿Jugando a piratas? Porque tu dices que habéis estado jugando, porque mas bien parecéis piratas de verdad. Ahora mismo, antes de sentarte a cenar una buena ducha.
“Ufff menos mal que no se ha enterado de nada. Espero que no me pregunte nada más” ,pensó Carlos.
Estando todos sentados a la mesa, el padre de Carlos comentó que no se veía nada de pesca y que todos los arcos estaban en puerto, que no merecía salir a la mar para no coger nada. El hombre estaba muy preocupado.
__ No sé lo que vamos a hacer, apenas hay anchoa y dentro de poco hay que salir por bonito. Estoy seguro que tampoco habrá tanto, ¡Menudo año! Sin anchoa y si luego no hay bonito ya veremos como sacamos para comer. Este año no sacamos ni para carnada.
__ Siempre estás igual, nunca estás conforme. A la mar hay que salir con otro espíritu__ dijo la madre de Carlos.
Mientras la familia hablaba de esta manera, Carlos no pensaba en otra cosa más que en su tesoro y por supuesto no escuchó nada de lo que dijo su padre.
__ ¿Estás atontado o qué? ¿No oyes?
__ ¿Qué? Perdona estaba en otro sitio.
__ Si, como siempre en la luna de Valencia. Te estaba diciendo que mañana vienes conmigo a la mar.
__ Pero, le he dicho a Luis que…
__ Como si se lo has dicho al Papa, me da lo mismo, no voy a contratar otro marinero, mientras tu te quedas en casa cómodamente, ya es hora de que vengas a la mar. Yo a tu edad ya sabía echar las redes. Ya es hora de que aprendas.
¡Vaya por Dios! Ahora que empezaban a pasarlo bien, a su padre no se le ocurría cosa mejor que llevarlo a la mar.
No sabía como avisar a Luis y lo peor de todo es que por más que pensaba no se le ocurría nada. Al final pensó que cuando Luis viese que no llegaba, pensaría que se había dormido e iría a llamarle, entonces le diría su madre lo que había ocurrido y dónde se encontraba.
Al día siguiente, amaneció con un temporal terrible, las olas golpeaban con furia el muelle y pasaban por encima de él. Era imposible caminar por los muelles pues el fuerte viento te arrastraba. Las embarcaciones decidieron quedarse en puerto hasta que amainase el temporal. Carlos no se lo podía creer, hasta que mejorara el tiempo, era libre de moverse por donde quisiera. Menos mal, podría ir con Luis.
Cuando llegaron a casa, no esperó a nada más, por si a sus padres se les ocurría algún otro trabajo, lo mejor era largarse.
Esperó durante bastante tiempo, pues era muy temprano, esperó y al fin llegó Luis. Cuando le vio subir por el camino, se levanto y levantando los brazos, empezó a moverlos como si estuviese haciendo señales. Cuando Luis le vio, empezó a hacer lo mismo.
Rápidamente se dirigieron a la casa y entraron en ella. Sin perder ni un solo segundo bajaron al sótano, estaban deseando jugar con todas aquellas cosas.
Ya una vez en el sótano empezaron a revisar el resto de las cajas, algunas estaban vacías, otras contenían ropas viejas. Había tantas cajas que pasaron bastante tiempo moviéndolas, de aquí para allá. Necesitaron mucho tiempo pero este tesoro merecía la pena.
Cuando movieron una de aquellas cajas se encontraron con una trampilla, era de madera con algunas incrustaciones de hierro. En uno de los extremos se veía una argolla.
Los dos muchachos quedaron alelados ante este descubrimiento, no podían quitar sus ojos de aquella trampilla. Aquello era una inmensa puerta hacia la aventura, aunque estaban deseando saber que había detrás de ella, no se atrevían a levantarla.
__ ¿Te atreves?__ dijo Carlos
__ No sé, ¿a dónde nos llevará?
__ Si no lo levantamos, no hay manera de saberlo, yo me atrevo.
Se les había esfumado las ganas de jugar, se acercaron con mucha lentitud a la trampilla, pero ninguno se atrevía a coger la argolla. De pronto Carlos se agachó y cogiendo la argolla le dio un fuerte estirón, pero la trampilla no se movía; tiró con más fuerza y un si es no es consiguió moverla, esto hizo que el muchacho se animase y haciendo acopio de todas sus fuerzas, tiró y consiguió abrirla. Se veía un agujero muy negro, no se veía donde terminaba, pero lo que si estaba a la vista era una escalera de gato que descendía hacia el abismo. Enfocaron con sus dos linternas, pero a pesar de eso no se atisbaba nada; por si esto fuera poco ¿Dónde iban con aquellas linternas? No se podían aventurar a ningún lugar, porque entre lo poco que alumbraban y la poca pila que les quedaba, lo mejor era permanecer donde estaban. No era cuestión de descender por la escalera y que a mitad del camino se quedasen sin luz, ya era bastante tenebroso verlo desde arriba, así que como para adentrarse en esa oscuridad.
__ Esa escalera no parece muy segura__ comentó Luis
__ ¡Como vamos a caernos! No seas cagueta
__ ¡Ni lo sueñes! Yo no bajo. Está negro como el alquitrán, me da un miedo horroroso. ¡Vamos ni harto de vino!
__ Ya sé lo que podemos hacer, traemos unas sogas, nos las atamos a la cintura y así si nos falla la escalera, al menos no nos caeremos hasta el fondo. ¡Que vete tu a saber donde está!
__ No es mala idea, pero ¿Dónde podemos asegurar la cuerda?
Carlos después de mirar en derredor
__ No será porque no tenemos donde atar; ¿Qué te parece alguno de esos armarios? Con lo que debe de pesar, no creo que haya nadie capaz de moverlo.
__ ¿Has pensado de dónde podemos sacar una soga?
__ Muy fácil. Mi padre tiene unas cuantas, si le cojo una ellas, ni se va a enterar.
__ Siendo así… Yo me encargo de las linternas, voy a traer otras que alumbren más, estas parecen dos candiles.
__ ¿Dónde te crees que conducirá? ¡Menudo frío que viene!
__ Mañana mismo saldremos de dudas.
__ Bueno mañana o cualquier otro día. Hoy he podido venir de pura casualidad. Mi padre está empeñado en llevarme con él a la mar y hoy me he librado por el temporal y en el momento en el que mejore el tiempo, nos haremos a la mar. Si mañana ves que no llego para la hora, ni me esperes estaré en la mar.
__ Entonces ¿mañana a la misma hora?
__ Si a las diez y donde siempre.
Sin más cada uno se fue a su casa y a la mañana siguiente, tal como había dicho Carlos, el tiempo mejoró notablemente y todos los barcos se hicieron a la mar.
Carlos mientras andaba por cubierta, no tenía en mente mas que la dichosa escalera, pero pronto se percató que allí no se podía estar en Babia, había que trabajar y de lo lindo. Tenía que preparar las cosas para cuando los hombres levantasen las redes.
Su padre que estaba en el radar dio aviso de un gran banco de peces, sin más echaron la s redes. No fue un mal día, las capturas fueron bastante buenas. La tripulación estaba contenta. A puerto no llegaba mucho pescado y alcanzaría un buen precio.
Los pescadores son muy supersticiosos y como hasta que Carlos embarcó no cogían casi nada, llegaron a pensar que este les traía suerte. Carlos estaba muy orgulloso porque aunque no podía ir a la casona, esta luego también la encontrarían en el mismo lugar. No tenía prisa. Ahora estaba disfrutando de su salida a la mar.

jueves, 11 de marzo de 2010

Amorebieta Gauez

Voy a colgar una historia que escribí hace mucho tiempo. A mis alumnos/as les gusta. Espero que al menos sirva para entretener un poco. Iré colgándolo por capítulos. Como originariamente lo escribí en euskera, cuando recupere los archivos, también lo pondré.



LA CASA MISTERIOSA

Carlos era un chaval de doce años que vivía en un pueblo de pescadores donde quitando las cosas normales que les ocurren a todos los pescadores, en este pueblo nunca ocurría nada. Era un pueblo de lo más tranquilo, donde las casas parecían suspendidas en la montaña como si estas buscasen colonizar y siempre para arriba esa pequeña ladera que abrigaba el puerto. Si mirabas desde la mar, parecía que todas las casas abrían sus ojos como queriendo darte la bienvenida.
Carlos bajaba muy pocas veces al puerto, pues cada vez que lo hacía le tocaba trabajar en el barco que tenía su padre y nuestro amigo, no quería ser pescador.
Sus sueños le llevaban muy lejos de allí, soñaba con grandes aventuras, encontrar un tesoro y ser un personaje importante, todo en este orden. Cualquier cosa antes que pescador.
Un día, persiguiendo a su perro se metió en lo más profundo de la maleza, atravesó un muro prácticamente derruido por el choque de un camión que recientemente había tomado la curva más rápido de lo normal, y luchando contra zarzas y ortigas llegó a un pequeño claro entre enormes árboles. Allí se encontró con algo insospechado para él; una enorme casa, cuya existencia desconocía. Hasta ahora no se podía acceder a la casa, porque los muros que rodeaban la mansión eran muy altos y por otro lado, Carlos no era un chaval al que le encantase saltar muros.
La casa era bastante antigua, las viejas paredes estaban cubiertas de una tupida hiedra, o cual contribuía en gran manera a darle un aspecto fantasmagórico, se vislumbraban tres o cuatro ventanas, prácticamente cubiertas por la hiedra. Al frente tenía unas escaleras que daban como a dos aguas, de piedra que en otro tiempo se adivinaban muy elegantes, pero hoy en día, sucias y medio rotas como toda la casa.
Después de la primera sorpresa, Carlos sonrió abiertamente pues al no saber lo que había dentro, era un lugar a investigar, por tanto una aventura, o al menos algo que se salía de la rutina diaria.
Se acercó con mucho cuidado y acercó su cara a una de las ventanas, o al hueco que quedaba entre la vegetación, para ver lo que había en el interior. Lo que se veía por los sucios cristales de esa ventana era muy poco, una habitación en la que se veía una desvencijada silla, un armario y no mucho más. La desilusión se reflejó en la cara del muchacho pues no se esperaba nada parecido, pero a pesar de todo volvió a sonreír pues esta casa ofrecía muchas posibilidades.
Que la casa estaba abandonada estaba claro y que llevaba así mucho tiempo también. Decidió que otro día volvería con más tiempo.
¡Menudo descubrimiento! Podría jugar a piratas, bueno a fantasmas tampoco sería mala cosa y además que importaba, cualquier cosa estaría bien. Nada más llegar a casa, preguntó por los dueños de la casa, su madre estaba en la cocina, preparando la cena y …

__ Ama, ¿De quién es la casa que se encuentra en lo alto de la ladera? Está totalmente tapada por la maleza.
Su madre al principio no entendió la pregunta, pues ya ni se acordaba de esa casa.
__ ¡Ah! Ya ni me acordaba de ella hace tanto tiempo que está vacía, que no me extraña que esté comida por la maleza. Cuando yo era pequeña, si que vivían allí, pero desde que desapareció la pequeña no se ha vuelto a ver a nadie. Decían que la señora de la casa había muerto de tristeza, pero eso es algo que se comentó pero no lo sé a ciencia cierta.
__ ¿Cómo que desapareció una chica? ¿Qué chica?
__ Tenía unos cuatro años, era una niña rubia, con el pelo bastante largo y siempre le acompañaba una criada. Un día que la chica se volvió a casa por algo que se le había olvidado, desapareció y desde aquel día no se le volvió a ver.
__ ¿Qué crees que pasó? ¿Crees que la secuestraron?
__ Eso se comentó, pero desde luego nada se aclaró.
__ Y ¿Qué dijo la policía?
__ Ni idea, la verdad es que yo era muy joven y si quieres que te diga la verdad, me olvidé del caso__ su madre mientras se secaba las manos se sentó y continuó __ Ahora que lo dices, la verdad es que todo fue muy raro porque se habló durante bastante tiempo del tema y luego se apagó, como si hubiesen arrojado un balde de agua fría.
__ Pero ahora ¿De quién es la casa?
__ No lo sé, pero me imagina que seguirá siendo de la familia Sandoval. ¿Por qué lo preguntas?
__ Por nada, por nada. Simple curiosidad. Carlos se levantó de la silla para no tener que responder a su madre, pues sabía que si su madre se enteraba de sus intenciones, no le permitiría ni acercarse a la casa.

Aprovechando que estaban de vacaciones y no había que ir a la escuela, Carlos se levantó temprano con la intención de husmear en la casa. Su madre le miraba sorprendida, pues siempre era el último en levantarse de la cama.
__ ¿A dónde vas tan temprano?
__ Ayer pensé que podría ir al río para ver si pesco algo.
Le colocó la correa al perro y para que su madre no pudiera sospechar, se dirigió hacia el río. Fuera del alcance de la vista de su casa, se salió del camino y se dirigió directamente a la casa abandonada. Carlos que era un chico muy precavido, había escondido una linterna, para poder ver lo que había en el interior de la casa. Cuando llegó delante de la casa, estaba un poco asustado ¡Era tan grande esta casa!
Primeramente, inspeccionó todas las ventanas de la parte baja, quería ver si había alguna abierta, pero la suerte no le acompañó. ¡Por fin! No todo iba a ser malo, a una de las ventanas le faltaba uno de los cristales. ¡Estaba salvado! Metió su mano por el hueco, levantó el pestillo y haciendo un poco de fuerza consiguió abrirla.
¡Bueno, objetivo cumplido! Lo siguiente era entrar en la casa. Antes de subirse a la ventana, miró a derecha e izquierda por si hubiere alguien mirando, pero ¿Quién va a mirar a esa casa y además a esas horas? Cuando se cercioró de que estaba solo, rápidamente pasó al interior y miró en derredor, pero allí no había nada.
Poco a poco se acercó a la puerta de la habitación y la abrió con mucho cuidado. Miró al pasillo que se encontraba a su izquierda, pero no se veía gran cosa. Sacó su linterna y enfocó hacia el fondo del pasillo, tanto a derecha como a izquierda del pasillo, sólo se veían puertas, todas cerradas.
Se acercó a otra de las puertas y la abrió con mucho cuidado, como si tuviera miedo de despertar a alguien. ¡Qué desilusión! Allí tampoco había nada.
De pronto, el ruidito que salía de otra de las habitaciones hizo que se paralizara en el sitio, casi no se atrevía ni a respirar. ¡Estaba perdido! Había alguien en la casa, tenía que salir de allí. Cuando movió su pié para marcharse, crujió la madera y el ruido cesó de inmediato. No necesitó más para echar a correr, iba muerto de miedo.
Cuando estaba a punto de pasar la pierna por el alfeizar, oyó un maullido.
__ ¡Ah claro, era un gato! __ comenzó a reír, con una risa como cuando uno está nervioso o se da cuenta que ha hecho el tonto. Según estaba sentado en la ventana, pensó que eran suficientes aventuras para ese día y que sería mejor dejarlo para otro momento. Por ahora lo mejor sería ir a pescar tal como se lo había dicho a su madre.
En el río, empezó a pensar en la historia que su madre le había contado y se prometió a si mismo, revisar todo el edificio. Volvería a la casa ¡Seguro que tenía un sótano! Y ya se sabe en los sótanos... Bueno en las películas siempre hay un sótano y allí es donde se guardan los cadáveres.
Comenzó a hacer mentalmente una lista de lo que iba a necesitar al día siguiente: linterna, navaja, bocadillo... De pronto se dio cuenta que alguien estaba detrás de él y se volteó más rápido que una cascabel. Era su gran amigo Luis.
__ ¡Menudo susto que me has dado!
__ ¿Se puede saber dónde estabas? Ni se sabe la de veces que te he llamado.
__ ¿De verdad? Pues la verdad es que no te he oído. Estaba pensando en lo que iba a hacer mañana o… si tu me acompañas esta tarde.
__ ¿Acompañarte? ¿A dónde?
__ A un caserón que he encontrado.
__ ¿Un caserón? ¿Dónde?
__ Pues ni te lo imaginas, cerca del cementerio, donde se encuentra aquella pared tan alta y toda llena de árboles y zarzas.
__ No sabía que hubiera allí una casa, pero además ¿para que quieres ir allí?
__ Quiero inspeccionar. ¡Es tan misteriosa la casa! ¿No te parece misterioso que no sepamos que estuviera allí?
__ Pues la verdad es que no, pero si vas a entrar en la casa, yo voy contigo.
Por la tarde, los dos amigos se dirigieron a la casa y entraron por el mismo sitio por el que había entrado por la mañana. Carlos estaba más tranquilo, estaba con Luis y ya se sabe la compañía infunde valor. Revisaron algunas habitaciones, pero no encontraron casi nada, no sé si porque se lo llevaron los dueños o porque hubieran entrado los ladrones.
Donde encontraron mayor cantidad de cosas fue en la cocina, era muy grande, los armarios también eran muy grandes y en uno de ellos se veían pucheros, platos, un par de sartenes y algunas otras cosas que ellos no sabían para que servían. Lo que encontraron en esta habitación no les pareció nada interesante y los dejaron tal cual, sin siquiera haberlos tocado.
Como había comenzado a anochecer y no querían que la noche les encontrase en aquel lugar, la inspección del piso de arriba lo dejaron para otro día.
__ Vaya sitio aquí no hay nada __ dijo Luis.
__ Mañana subieron al piso de arriba, veremos si encontramos algo.
__ Oye, pero si nos encuentran dentro ¿No nos dirán algo?
__ No te preocupes, estoy seguro que por aquí no se acerca nadie.
__ Mira aquí hay unas escaleras que se dirigen a un sótano.
Se acercaron pero no se atrevieron a bajar y lo dejaron para otro día.
__ Estoy seguro que da al sótano, Si encontramos tantas cosas como en casa de mi abuela, eso puede ser una mina.
__ Bueno, eso ya lo veremos. Ahora ¿Por qué no vamos a jugar al futbol? Hoy te voy a ganar por goleada.
__ Ni lo sueñes
Con esta acalorada conversación salieron de la casa con la intención de volver otro día.

lunes, 8 de marzo de 2010

Gaur nire amaren urtebetetze eguna da eta olerki hau eskeini nahi diot:

Aurtengo urtebetetzerako
Deseatzen dizut:
Zeure barru-barrurako
Zoriontasuna
Egunsenti bakoitzarekin
Lasaitasuna
Bihotzeko lagun minekin
Adiskidetasuna
Gaztetako oroimenen
Samurtasuna
Eta egun honetako musu epelen
Maitasuna.















Gaur goiz osoan elurra izan dugu. Gelatik honela ikusten zen den-dena. Polita ezta?

domingo, 7 de marzo de 2010

Bihar martxoak 8, emakumearen eguna, ez dut jartzen emakume langileen eguna, horrela ematen du denak ez garela langileak, batzuk bai eta beste batzuk ez. Ez nago horrekin ados.
Bihar denon eguna. Zorionak denontzat eta neuretzat ere bai.
Bihar niki bereziarekin joateko asmoa dut, txarrena hotz egingo duela eta ez dakit zer jarri beharko dudan bere azpitik.

Bihar nire amaren urtetbetetze eguna da. 90 urte egiten ditu. Ni adin horretara ez dut uste helduko naizenik, eta heltzen banaiz, zelan? Oraintxe bertan atera dut labetik bizkotxo bat, amaren lagunak gonbidatzeko.

miércoles, 3 de marzo de 2010


¿Qué os parece lo que veo todos los días desde mi puesto de trabajo? ¿Bucólico verdad?
Hoy es mi primer día mañana ya se me ocurrirá algo.