- Es tan bonito soñar –
Vivimos en un mundo de ficción
donde se rinde culto a la imagen
y los libros poco a poco
se van enterrando
en los lugares más oscuros
de las bibliotecas más lúgubres.
No me resigno a perder
la magia que encierra un libro,
el mundo que se abre a tus pies,
no me resigno a creer
sólo lo que veo,
ni a no poder imaginar.
No puedo olvidar
los ojos de un niño
cuando oye un cuento,
ni me resigno a ver
como pierde su inmenso poder
de volar libremente.
¿Porque no creer en hadas,
princesas y dragones?,
siempre queda tiempo para
cuadricular la mente.
Quiero que mis hijos
sueñen con mundos irreales,
en ser grandes futbolistas,
grandes pintores o bailarinas,
que vean campos de flores,
manzanos de los que cuelgan
fresones, y flores parlanchines
en los jardines.
Que jueguen a las canicas,
tabas y trompones,
que sus bolsillos estén llenos
de piedras, y cromos para cambiar,
a casitas y a pillar
que sus manos estén llenas
de ilusiones y sus ojos brillen
de emoción.
Quiero que sean niños
y nada más, ya tendrán tiempo
de crecer y de perder todo eso
que a los mayores nos está vedado.
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