sábado, 24 de abril de 2010

Desagertutako neskaren misterioa


Lehen gaztelaniaz jarri dut, baina hasiera baten euskaraz idatzi nuen.
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La niña desaparecida


He pensado que quizá alguien prefiera leer el cuento sin que sea por capítulos, así que os lo presento de principio a fin.
Para leer el cuento cliquear en la imagen

miércoles, 21 de abril de 2010

Entzun ama

Entzun ama




Bizitza gogorra baina
Irribarrea beti ezpainetan.
Begi distiratsu horietan
Agertzen diren marrak
Atsekabeak eta saminak
ekarritakoak
Betegabeko ilusioak
bihotzeko zaurietan.
Begiratu zure aldamenera
Eta zure iloben
Begi bizietan.
Barreak eragindako
Matrailetako zulotxoetan
Eta ilusioz betetako
Loreontzi eder bi horiek
Ikusterakoan.
Konturatuko zara
Merezi izan duela
Bizi izandako guztiak

Quisiera

Quisiera

Quisiera mirarme en tus ojos
en la dulzura límpida de la mar soñada.
Quisiera alimentarme de la cristalina humedad
que tus labios depositan
cascada burbujeante en tierra fecunda.
Ojos que escudriñan
las entrañas de la marea
que asciende impetuosa a mi boca,
bebiendo tu agua, mirando
tu luz diluyéndose en el éter
como sueño que se escabulle,
delirio de una sola dirección
que al amanecer se difumina
como luz de luna golpeada
por la inmaterialidad de la neblina.

Itsasoa

Itsasoa



Itsasoaren bakea
nola ukitu
zu nire ondoan ez zaudenean.
Itsasoaren kolorea
nola nabaritu
bakarrik nagoenean.
Itsasoaren hitzak
zeintzuk dira
entzuten ez nagoenean.
Ahaztuta ez nago
gaur joango naiz
ortzadarra ikusten
zure aldamenean.

martes, 20 de abril de 2010

Ley para la PAZ

No sé si es una reflexión en voz alta o escupo mi rabia en público pero sea lo que sea lo contaré.

Para empezar estoy totalmente en contra de esta nueva ley para la paz que nos quieren meter con calzador. Llevo treintaitantos años en la enseñanza y jamás, jamás, jamás ha entrado la política en mi aula, ni de un signo ni de otro porque creo que yo no estudié magisterio para hablar de política. He procurado hablar de Paz y consenso a todas horas y a todos los alumnos.
Ahora por lo que se ve lo que he estado haciendo ha sido hablar de separatismos, guerra o yo que se qué.

Yo como madre que también lo soy me niego en redondo que a mis hijos les hable una víctima de terrorismo, con su carga política y de odio, en casa se trata el tema debidamente como se ha hecho siempre y se seguirá haciendo, porque creo que no es labor del profesorado adoctrinar a mis hijos, y además parece que sólo hay víctimas de ETA, ¿Acaso no hay más víctimas? ¿Qué me dicen de la violencia de género?

Digan lo que digan esto es un tema político y no hay más. Resulta que hablan de mi trabajo y ¿no recaban nuestra opinión? menudo consenso, me reiría si no fuera algo muy serio.

lunes, 19 de abril de 2010

Poesía

- La sonrisa de la vida –


Quisiera que las estrellas

bañaran con su luz las alcobas.

Quisiera que el viento rozara

acariciando, las mejillas.

Quisiera que el sol calentara

los cansados huesos de los viejos.

Quisiera poder apoyar mis alas en el viento

para volar y contemplar el mundo.

Quisiera que se unieran los corazones

para poder ayudar al necesitado.

Quisiera que ningún niño

conociera el dolor y bailara

una gran sonrisa en sus labios.

Quisiera que creyerais que es posible

y os dejarais acariciar por el

terciopelo, de una simple rosa.

La casa misteriosa

Ahí va otro capítulo de este cuentito.

DE NUEVO EN LA CASA

Después de habérselo contado al padre de Luis, los cuatro se dirigieron a la casa. A los padres se les hacía muy raro entrar de esa manera en la casa, ellos no estaban acostumbrados a entrar en las casas utilizando la ventana; a pesar de que siendo jóvenes los dos fueron muy traviesos y sus “batallitas” eran muy sonadas, de adultos, eran unas personas de bien y entrar por una ventana les parecía como si entrasen a robar y la verdad, no les hacía ninguna gracia. A pesar de todo, siguieron a los chavales para ver lo que había allí dentro. Eran sus hijos y no les iban a dejar en la estacada. Cuando entraron en la cueva y vieron el montante de cajas, se dieron cuenta que el contrabando era mayor de lo que pensaban. Por otro lado también se dieron cuenta que esas cajas llevaban mucho tiempo en la cueva, y eso era algo que no entendían. ¿Para qué robar si luego no le sacas beneficio?
__ ¿Sabes que esta cueva como bodega no tendría precio? __ dijo el padre de Luis
__ Está claro que esto lleva mucho tiempo aquí dentro, ¿Por qué…?__ Dijo el padre de Carlos mientras cogía una de las botellas.
__ ¿Sabes que este whisky no está nada mal? No me importaría tener algunas botellas. Una copita de vez en cuando no viene nada mal.
__ Si claro, pero tendremos que informar. Digo yo.
__ Si tienes razón y que las autoridades se encarguen de este asunto.
__ Los responsables de esto creo que serán los de Marina, ¿No crees?
__ Les avisamos y que ellos se encarguen de repartirse el trabajo. Y … hablando de repartirse… teniendo en cuenta que van a llevarse todas estas cajas, ¿Por qué no nos llevamos algunas botellas? Entre tantas, ni se va a notar.
__ No sé. Algo así, no sé si podemos…
__ Poder, poder… no sé pero no creo que nadie se sienta perjudicado, además ¿no lo han encontrado nuestros chicos? Pues será como una pequeña recompensa.
__ Hombre! visto de esa forma…
__ Bueno nos llevamos esa caja y no hay más que hablar. Luego nos lo repartiremos como buenos amigos.
Entre los dos hombres cargaron con la caja ¡Dios cómo pesaba! Cuando llegaron bajo la trampilla, se dieron cuenta que no había forma humana de hacer pasar la caja.
__ Si cada uno de nosotros subimos dos botellas, en varios viajes ya tenemos vacía esta caja.
Dicho y hecho, cada uno cogió dos botellas y a pesar de lo difícil que era subir por aquella escalera, de una forma u otra lo consiguieron. Llevaban hechos varios viajes y…
__ No creo que nos queden muchos más viajes. Estoy agotado __ dijo el padre de Carlos.
__ A lo sumo otro viaje, luego llevo la caja a su sitio y aquí paz y allí gloria.
__ Cuando la vean vacía, se darán cuenta del robo
__ Bueno y si lo dejamos en una esquina como si fuera de otra remesa, quizá no se den cuenta.
__ Muy buena idea.
Volvieron a bajar con la intención de subir las que faltaban, pero al coger las últimas botellas, los cuatro quedaron paralizados al ver lo que había en el fondo de la caja. Lo que encontraron era algo más que un simple contrabando, eran armas, pistolas más concretamente.
__ ¡Santo Dios! ¡Por eso pesaban tanto!
__ No nos podemos llevar esas botellas__ dijo el padre de Carlos.
__ ¿Por qué? __ dijo Luis
__ Porque esto no es un simple contrabando, esto es algo muy serio y desde luego no quiero verme mezclado en este asunto.
__ Si, las volvemos abajar y las dejamos en el mismo sitio, va a ser lo mejor.
__ Que las autoridades se encarguen del caso. No quiero saber nada. Esta gente suele ser muy peligrosa.
__ ¿Quién estará detrás de todo esto?
__ Cualquiera sabe, pero esta casa está cerrada desde hace un montón de años, lo menos serán 25 años, si no son más.
__ Desde que desapareció la niña ¿No?
__ Si desde que desapareció la niña de Sandoval.
__ ¿Dónde estarán? Por aquí no han vuelto a aparecer.
__ Alguien dijo que habían ido a Madrid, pero cualquiera sabe.
Mientras hablaban de la historia de Sandoval se alejaron de la casa. Antes de separarse para ir cada uno a su casa, pensaron que al día siguiente irían a la Comandancia de Marina y que luego ya sería su problema.
Al día siguiente, tal como lo habían planeado, los padres se dirigieron a la Comandancia, allí, después de hacerles esperar un buen rato, les hicieron pasar.
__ ¿Vosotros sois los que habéis encontrado el contrabando?__ les preguntó el policía que se encontraba a cargo del caso.
__ Si, hemos sido nosotros.
__ Y ¿se puede saber que hacíais dentro de la casa?__ acercando su cara a la cara del padre de Luis.
El padre de Luis se quedó mirando fijamente al policía. Este no parecía demasiado listo. Estaba con un cigarrillo colgando de la comisura de los labios y a medida que iba acercando su cara, como el humo del cigarrillo le molestaba, tenía que cerrar uno de sus ojos, como si estuviese guiñándole el ojo. Su indumentaria era parecida a la de los demás, ni más vieja ni más nueva; quizá algo más arrugada. No sé por que pero, ver su cara tan cerca infundía cierto miedo.
__ Bueno a decir verdad han sido nuestros hijos__ aclaró el padre de Luis. Contó que los chavales entraron a jugar y se encontraron con el pastel.
__ ¿Cómo es posible? ¿Vuestros hijos entran normalmente en casas ajenas?
__ No, eso no, pero como vieron que estaba abandonada y … ya se sabe cosas de chavales.
__ Yo no sé nada de asuntos de chavales__ le respondió totalmente enfadado. Pero vamos a dejar ese tema de lado y me vais a contar lo que habéis encontrado
__ En una cueva que da a la mar, hay muchas cajas de madera llenas de botellas de whisky, por lo menos eso es lo que pensamos al principio, pero luego descubrimos que debajo de las botellas estaban ocultas muchas armas.
__ Si las armas estaban tapadas con botellas, ¿Cómo encontrasteis las armas? Mas bien creo que los de vuestra misma cuadrilla han intentado engañaros y en venganza habéis decidido acusarles
El padre de Carlos que hasta ese instante no había abierto la boca, se levantó de un salto y:
__ Pero, pero ¿Qué está diciendo? No hemos venido hasta aquí para que se nos insulte.
__ Yo entérate bien, diré lo que se me pone en la punta de la nariz. Tu, ver, oír y responder ¿Está claro? Y no me hagas hablar más de la cuenta. Soltó las palabras como si fueran dardos envenenados, lo cual hizo que los dos hombres se volvieran a sentar en completo silencio.
__ Nosotros no sabemos nada, ni del whisky ni de las armas.
__ Todavía no he oído como encontrasteis las armas.
Después de mirarse entre ellos, no se atrevían a hablar, pero nada más ver la cara del policía, el padre de Luis empezó a hablar.
__ De acuerdo, cuando creíamos que sólo había whisky, quisimos llevar una caja para nuestro consumo. ¡Es un buen whisky! Pero cuando sacamos la última fila de botellas, vimos las armas y nos asustamos tanto que devolvimos todas las botellas y volvimos a dejar la caja donde la habíamos cogido.
El policía después de mirar a los dos hombres les dijo:
__ De momento vamos a dejarlo así, pero si os pillo en un renuncio, os juro que no vais a volver a ver el sol en vuestra asquerosa vida. Ahora decirme donde se encuentra la cueva y mucho cuidado con los engaños.
__ Pero que dice de engaños y no engaños, ¿no hemos venido por nuestra propia voluntad o qué? Venir voluntariamente y encima llamarnos delincuentes. Luego dirán que la gente no colabora con la policía ¡Joder!
Carlos y Luis estaban en la calle, esperando a que salieran sus padres. Cuando la policía los vio, les llevó con ellos. Todos entraron en los coches policiales y salieron pitando. ¡Menudo escándalo de sirenas!
__ No sé a que viene tanta velocidad después de estar allí tanto tiempo, no van a desaparecer de un día par otro ¡Digo yo! __ dijo Carlos.
__ Estoy de acuerdo, tampoco creo que la casa vaya a cambiar de sitio.
__ ¡A callar! Los de atrás como abráis la boca os empapelo. ¿Lo habéis oído?
¡Como para no oír! No entendían a qué venía tanto enfado, pero por si acaso decidieron callarse, no vaya a ser que se enfadase más y cumpliera sus amenazas. En este punto estaban los cuatro más que arrepentidos de haber acudido a la policía, si lo hubiesen olvidado, no estarían ahora en esta situación. Llegaron a la casa y dejando los coches junto al muro, accedieron a la casa por el mismo agujero por el solían entrar los muchachos.

miércoles, 14 de abril de 2010

Otro postre que preparo a menudo es el rosco de yogurt. Dicen que es muy bueno para tomarlo con café.


Rosco de yogurt


Ingredientes:


2 yogures

4 medidas de azúcar

6 medidas de harina

1 y medio de aceite

5 huevos

1 sobre y medio de levadura Royal

nueces, pasas y pepitas de chocolate (si se quiere)

Margarina para el molde



Se pone el horno a calentar a la máxima potencia y cuando se mete el molde al horno se baja a unos 180º y se tiene durante 1 hora aproximadamente ( Se mete una aguja y si esta sale limpia se saca del horno)


Preparación:



Se echan en un bol, los yogures, la harina, el azúcar, los huevos, aceite y la levadura.

Con la ayuda de una batidora, se mezclan todos estos ingredientes.

Se unta un molde corona con margarina y un poco de harina. Una vez hecho esto se echa al molde todo el preparado anterior y se le mezclan las nueces si se desea.


Para sacar del molde pasar primero un cuchillo por todo el borde.


!Buen povecho¡



Recetas




Ahora he pensado que vendría bien unas cuantas recetas de cocina. Hoy os voy a decir como hago la




Mouse de limón




Ingredientes:




Un bote grande leche condensada


2 limones


4 yogures de limón




Preparación:




Se exprimen los 2 limones y después se mezclan todos los ingredientes; la leche condensada, los yogures y el zumo de los dos limones.


Una vez hecha la mezcla, se mete en el frigorífico. Se sirve frío.

viernes, 2 de abril de 2010

Tarde de verano

El mes de julio se acerca con su tranquilidad escondida
y tumbada en el manto de la naturaleza
contemplo asombrada blancas carpas en el cielo.

Vapor de tarde veraniega que me envuelve
consiguiendo acercarme al túnel del silencio,
aflora una sonrisa en el riachuelo de la inconsciencia.

Mientras me rodean sirenas resplandecientes de espuma plateada
se acercan doradas rosas bañando el horizonte
al tiempo que el viento susurra tu nombre.

Como algo lejano en el tiempo
y oculto bajo el húmedo frescor de un frondoso encantamiento
despierto en la superficie del silencio adormecido.

De entre las olas que contemplé cogí,
aquella que creí merecedora de ser izada a los altares
y poderla recoger entre mis enseres.

Una espumosa ola y otra más
en un mar verde de envidia porque entre todas te elegí
como digna de mi amistad.
DÍAS DE MAR

Durante tres semanas seguidas siguió yendo a la mar. Durante ese tiempo no se dio mal la pesca, siempre conseguían volver con el arco lleno, de una clase o de otra, pero siempre lleno.
Llegó la campaña del bonito y ¡eso si que era duro! El trabajo era tan duro, que no dejaba lugar a los sueños. Todos los días terminaban agotados. Como todas las cosas, la campaña del bonito terminó, no se había dado nada mal y el padre de Carlos estaba muy contento ¡Tan contento! Que le dio unas merecidas vacaciones.
Nada más oírlo, Carlos salió disparado hacia la casa de Luis. Ninguno de los dos se había olvidado de aquella escalera y quedaron para el siguiente día, tenían que llevar todo lo que habían pensado.
Al día siguiente, tal como lo habían planeado, cogieron una de las sogas, las linternas y se fueron hacia la casa. Cuando llegaron al sótano, la trampilla estaba tal como ellos lo habían dejado, ¡Qué lejano quedaba aquel día! Esto les tranquilizó bastante porque comprendieron que por aquellos lares, aparte de ellos, no merodeaba nadie más.
Tal como lo tenían pensado, ataren uno de los extremos de la soga a uno de los armarios. Carlos comprendió que esa temporada en la mar le había venido muy bien; había aprendido a hacer algunos nudos marineros, y ahora eso les iba a resultar muy útil.
Carlos fue el primero en atarse la soga a la cintura y acercarse a la escalera. Primero bajó Carlos, más tarde Luis, los dos bajaban con mucho cuidado, pues temían resbalar y caerse. Los dos iban con sus respectivas linternas en la boca, las manos las tenían que usar para agarrarse fuertemente a la escalera.
Cuando hicieron pié, estaban muy cansados, seguramente más que por el trayecto realizado por la tensión nerviosa a la que estaban sometidos. Tal como había prometido las linternas que trajo Luis alumbraban muy bien, con una luz clara y potente. Valiéndose de las mismas, se dieron cuenta que estaban en un túnel horadado en la roca; de vez en cuando, se veían algunas argollas y dentro de esas argollas se encontraron con varias teas. Se veía que se habían encendido más de una vez. ¡Esto si que era emocionante! Como ninguno de los dos llevaba cerillas, no pudieron encenderlas, pero desde luego, la siguiente vez las traerían.
El túnel tenía una muy buena altura, podían caminar por él sin tener que agacharse. Siguieron por ese camino sin saber a donde les llevaría aquel pasadizo y de pronto, el tunel comenzó a ensancharse, cuanto más avanzaban, más ancho se volvía, al final alcanzó la anchura de una buena cueva. Los dos se miraron sorprendidos, ¿Qué es lo que habían encontrado? Parecía una cueva natural, con una buena altura y toda ella de piedra, pero eso no era lo que los había dejado boquiabiertos, sino el ver que la cueva estaba toda ella llena de cajas. Cajas de madera de un tamaño considerable. No sabían lo que contenían pero lo que si sabían es que no habían llegado por si solas.
__ ¿De dónde han salido todas estas cajas?
__ Ni idea, pero seguro que no han crecido aquí.
__ Por el agujero por el que hemos bajado no caben, por tanto tiene que haber alguna otra entrada.
__¿Qué habrá dentro?
__ No me atrevo ni a tocar, será el escondite de algunos contrabandistas.
__ ¡Como en la películas, qué bien! Pero ahora que pienso, por aquí no se dedica nadie al contrabando, ¿O si?
__ Yo pensaba lo mismo, pero en vista de esto…
Se acercaron a las cajas y entre los dos intentaron levantar una de ellas, pero a pesar de ello, no consiguieron ni el más mínimo movimiento. En vista de esto decidieron dejar para más adelante el asunto de las cajas y concentrarse en encontrar la otra entrada, porque que tenía que haber otra entrada estaba claro.
Después de investigar la cueva, al fondo a la derecha, encontraron otro túnel, como no se veía ninguna otra entrada, decidieron seguir y ver a donde les llevaba. Según iban avanzando comenzaron a oír un ruido que cada vez se hacía más ensordecedor, un ruido que por un lado les resultaba conocido y tranquilizador pero por otro lado empezaron a sentir cierto miedo. A medida que avanzaban el ruido se hacía más y más audible, hasta que de pronto se dieron cuenta que lo que oían era el ruido que hacen las olas al romper en las rocas.
__ No creía que estuviéramos tan cerca de la mar.
__ A mi también me parecía imposible, pero con ese ruido no hay duda-
Siguieron por el túnel, ya estaban más tranquilos, de pronto el túnel se volvió a ensanchar y se encontraron en otra cueva con salida a la mar. Allí el ruido era terrible pues la cueva hacia de caja de resonancia, las olas rompían y entraban dentro de la cavidad moviendo los cantos rodados que se encontraban por doquier. También había una pequeña playa, no era muy grande pero suficiente para que entrasen tres o cuatro personas.
Se encontraban de pie en una especie de muelle, como si fuera el muelle del puerto, pero natural. Tendría como un metro de altura con relación a la playa y para bajar a ella había unas pocas escaleras escavadas en la roca. La cueva era muy bonita, la luz del sol que se reflejaba en el agua, formaba un juego de luces tan bonito que nos quedamos como dos tontos mirándolo.
De pronto nos dimos cuenta que los dos estábamos boquiabiertos contemplando aquel espectáculo y nos echamos a reír como dos tontos. Después empezamos a pensar en lo que habíamos encontrado y…
__ ¡Por supuesto!__ dijo Carlos__ por aquí es por dónde introducen las cajas y si las necesitan las sacan por el mismo sitio sin que nadie les vea. Muy astutos.
__ En eso tienes razón, pero yo creo que esas cajas llevan mucho tiempo sin moverse. ¿Por qué no viene nadie a buscarlas? No me parece muy normal, que hagas contrabando para que luego dejes las cajas metidas en una cueva.
__ La verdad es que no sé que pensar, pero que entran por aquí no hay duda. ¡Vamos a la otra cueva y veamos que hay en esas dichosas cajas.
__ Y si vienen a buscarlas ¿No crees que se darán cuenta que alguien ha andado con ellas?
__ Tu mismo lo has dicho. Hace tiempo que nadie viene a por ellas. Puede que se les haya olvidado.
__ Seguro. Vamos dedicarse al contrabando y luego olvidarse donde han dejado la mercancía. Eso, no te lo crees ni tú.
__ No, si en eso te doy la razón, pero por otro lado no creo que vengan ahora mismo y si no vienen ahora ¿Cómo van a saber que hemos sido nosotros?
__ Pues tienes razón. ¡Qué demonios! Yo también estoy deseando saber lo que hay dentro de esas malditas cajas.
Cuando volvieron a la otra cueva, se percataron que una de las cajas estaba en el suelo, medio rota, con lo que no les costó mucho esfuerzo quitarle la tapa. ¡Whisky! Estaba llena de botellas de whisky.
__ Pero, ¿Quién ha podido traer esto?
__ Como no sea algún tabernero, no entiendo nada.
__ ¡Vaya tontería! Como lo va a traer un tabernero, esto lo han traído para hacer negocio, por tanto puede haber sido cualquiera.
__ Por eso pesan tanto
__ Creo que tendríamos que ir a la policía ¿No lo crees?
__ Pues no sé que decirte, porque si luego nos culpan a nosotros y vienen a buscarnos…
__ Pues ¿qué propones? Porque algo tendremos que hacer ¿No?
__ Yo creo que debemos informar a nuestros padres y que ellos decidan que hacer. Creo que es lo mejor. ¿No te parece?
__ Bueno seguro, seguro no lo estoy pero quizá sea lo mejor.
__ Mira los adultos son ellos y digo yo, que sabrán mejor que nosotros lo que hay que hacer. A decir verdad, esta cueva me da muy mala espina.
__ A mi también. ¿Quién será él que esté tras esto? Por lo menos tiene que ser alguien que tenga una embarcación. No hay otra forma de acercarse a las rocas.
__ Ya he pensado en eso, pero he pensado en todos los que tienen una embarcación y ninguno me parece sospechoso.
__ Pero últimamente la pesca está tan floja… Quizá alguien… porque alguien tiene que ser.
__ Vamos a mi casa y se lo contamos a mi padre. ¡Ya veremos lo que dice!
Se dirigieron a casa de Carlos y directamente se fueron hasta donde se encontraba su padre. Este estaba arreglando las redes y tan entretenido estaba que ni se dio cuenta de que había llegado alguien.
Al principio no sabían como empezar y se quedaron mirando, sin decir nada. De vez en cuando su padre, sorprendido, les miraba, pero como los chicos no decían nada, volvía a su trabajo. Se le antojaba bastante raro ver a los dos como dos estatuas, mirándole arreglar redes, como si este trabajo fuese algo apasionante o no lo hubieran visto nunca.
__ Bueno, ¿Quién va a ser el primero en hablar? Me estáis poniendo nervioso.
__ Aita, tenemos que hablar de algo muy importante.
El padre de Carlos dejó su trabajo a un lado y les dijo:
__ Vosotros diréis.
__ ¿Qué harías si te enterases de algo ilegal?
__ ¿Ilegal? ¿De qué demonios estáis hablando?
__ Si, contrabando. Si supieras dónde está escondido un gran alijo ¿Qué harías?
El buen hombre se levantó de un salto
__ ¿Qué clase de contrabando? ¿Drogas? No estaréis metidos en algo así ¿No?
__ No, no, nosotros no estamos metidos en nada, pero además no hay nada de drogas, sólo whisky.
__ ¿Qué habéis encontrado un alijo de whisky? Pero si hoy en día nadie se dedica a eso.
__ Pues nosotros sabemos de un lugar en el que hay montones de cajas.
__ ¿Dónde?
__ En la casa que está detrás del muro, la que se encuentra entre los árboles, en el sótano encontramos un pasadizo que llega hasta la mar.
__ Y vosotros ¿Qué hacíais en esa casa?
__ Entramos a jugar, no hemos hecho nada malo, no hemos roto nada y menos robado. Sólo entramos a jugar.
__ ¿Quién más sabe esto? Luis ¿se los has contado a tu padre?
__ No se lo hemos contado a nadie. Tu eres el primero. La verdad es que estamos bastante asustados.
__ No me extraña, el contrabando es algo muy serio y peligroso. Vamos a casa de Luis y después de contárselo a su padre nos lleváis a ese sitio y después de ver lo que hay, pensaremos qué hacer.